Dicen que cuando nos regalan cosas nos regalan además el miedo de no perderlo, la responsabilidad de cuidarlo y multitud de sentimientos más, cuando se nos da la vida se nos regala la muerte. Viene como en el reverso de una carta con buena presentación, o quizás en ese matasellos que al principio, por la emoción del contenido no miramos, pero que tras analizarlo todo nos percatamos de su presencia.
No siempre me toco de lejos, pero eran lejos en edad. Ahora me toca de cerca en edad y espero que de lejos en todo lo demás. Es ley de vida, pero difícil de aceptar. Me aterra que todo cambie, cada día me martillea mi presencia mezquina con su amarga sombra, quiero irme cuando tenga arrugas que me impidan casi abrir los ojos, cuando mis huesos estén tan frágiles que tenga que acompañarme de tu brazo frágil, seré feliz de estar así, de haber vivido por que como ya dijeron que.. “ para nacer he nacido”, para nacer con los días y soñar con las noches, para nacer en tu risa, que me arruga los ojos y me vuelca el pulso, para comenzar caminos y conocerlos, para leer palabras y hablarlas, para llorar, para sufrir, para cantar, soñar, para ilusionarme cada día….
No quiero irme con mis días en los bolsillos, ni quiero irme dejando tristezas y sinsabores, quiero irme con ganas de irme y que sean cenizas, cenizas de papel, del papel de tus poemas las que se fundan conmigo en una misma materia…. Por que cuando me vaya quiero que me quemen con todos tus poemas.
Beatriz m.
Y entonces serás...POESIA
ResponderEliminar